La Octava Marcha Indígena entró a la ciudad de Caranavi por la avenida Mariscal Santa Cruz, adonde se habían acercado cientos de vecinos para recibirlos con aplausos y alegría. Las y los 1100 indígenas que se dirigen a la ciudad de La Paz llegaron con polvo en los hombros, con las banderas que ya tomaron el color del camino y sus arcos, sus flechas. Nadie podía creer que el pueblo los tratara con tanta solidaridad, cuando en días anteriores algunas autoridades habían aconsejado a las y los marchistas “pasar en camión” para evitarse más agresiones, como las otorgadas por la Policía Nacional el 25 de septiembre pasado en Yucumo. “Agradecerles por el gran sacrificio que ustedes realizan por el presente y el futuro de los bolivianos. Comentarles que la situación tan preocupante que enfrenta nuestro país nos impulsó a manifestarnos cívicamente y expresar nuestro apoyo a la marcha; a ustedes, que la iniciaron por una buena causa. En estos momentos tan difíciles que enfrenta nuestro país, los bolivianos tenemos que estar más unidos y no dejarnos influenciar por declaraciones que nos quieren enfrentar entre bolivianos. Queremos manifestar a Bolivia y al mundo entero que los caranaveños queremos vivir en armonía con nuestros hermanos indígenas”, dijo en la plaza Bolívar Fanny Álvarez, organizadora del recibimiento.
Carrasco.-
La marcha indígena dejó la pequeña población de Carrasco a las seis de la mañana, luego de que las y los marchistas fueran despertados por la explosión de dos dinamitas, que activó al amanecer alguna mano anónima. Hasta Caranavi tenían 22 kilómetros, repletos de subidas y bajadas entre cerros verdes. Siguieron por el mismo camino estrecho, con una montaña empinada de un lado y un barranco hondísimo del otro. En este trayecto se mezclaron momentos de barro y de polvo, de lluvia, de sol y de viento, propios del clima yungueño.
Fernando Vargas Mosúa, presidente de la Subcentral de comunidades del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), iba contando chistes a dos hermanos al frente de la marcha, junto a la bandera del patujú, que lidera a todas y todos los marchistas. La octava marcha iba fuertemente custodiada por trabajadores de la prensa nacional e internacional, que hacían entrevistas a quienes caminaban o tomaban imágenes de apoyo.
Cuando faltaban seis kilómetros, llegaron a la tranca de Caranavi bajo algunas gotas ocasionales. Allí fueron a recibirlos los policías de esta ciudad, con mucho respeto. No podía diferir del respeto que demostraron los policías a los marchistas cuando los bloquearon en Yucumo, para finalmente reprimirlos e intentar exterminar la marcha indígena. Las y los marchistas saludaron a los uniformados con educación, que en número de tres quedaron al frente de la movilización, como si fueran a desviar a las movilidades que venían por el camino.
También quedaron escuchando los chistes del dirigente mojeño, que nunca dejó de contarlos. Luego de algunos cientos de metros, desde el grueso de la marcha gritaron “está muy lejos la bandera del patujú”. Entonces se detuvieron a esperar, también los policías.
Desde atrás volvieron a gritar: “Queremos ver a los marchistas, no a los policías”.
-Vamos –dijo el jefe de los uniformados y regresaron al pueblo en una movilidad.
Aparecieron tres motos de vecinos de Caranavi para desviar al tránsito que iba hacia el lado de Trinidad, 485 kilómetros atrás, según cálculos marchistas. Aparecieron más vecinos en movilidades con cohetes y petardos, que hacían estallar para avisar la llegada de los indígenas de los 36 pueblos de Bolivia. Cuando entraron a la ciudad, a las 11.30, apareció gente del lugar con collares amarillos y verdes, colores de la bandera caranaveña, para ponerlos en el cuello de las primeras decenas de marchistas. Habían estado haciéndolos la noche anterior en la plaza Bolívar, donde estaba el punto de recolección de donaciones para la Octava Marcha Indígena.
En las diez cuadras que la marcha recorrió hasta ese lugar, el griterío, los saludos y los festejos de la población llenaron el ambiente. Eran los marchistas legendarios, venidos de las “negociaciones” malintencionadas del Gobierno nacional, de la “vigilia” –bloqueo- de una veintena de campesinos masistas en Yucumo, donde la Policía también los bloqueó y además los “evacuó” -reprimió bestialmente. Una marcha que en 52 días juntó una historia larga y experiencia más larga aun.
Los niños en las escuelas saludaban, hasta los niños tras las rejas del Instituto Americano, ya en la plaza central. Después de dar la vuelta protocolar, los marchistas se sometieron al acto preparado por las y los vecinos solidarios de esta ciudad.
Caranavi.-
“Muy buenas tardes a nuestros hermanos indígenas del TIPNIS, hermanos caranaveños y bolivianos en general. Muy emocionada y conmovida por la presencia de todos ustedes, hermanos indígenas del TIPNIS. En nombre de mi querido pueblo de Caranavi les doy la más grata y cordial bienvenida. Confirmar que Caranavi es un pueblo de gente muy buena y solidaria, se los digo yo que nací en este pueblo y por tal razón me siento muy orgullosa de ser caranaveña. Gracias, mil gracias hermanos del TIPNIS por unirnos a todos los bolivianos ¡Que viva Bolivia unida! ¡Que viva Caranavi unida! ¡Que vivan nuestros hermanos indígenas del TIPNIS!”, dijo Álvarez, quien fue siempre respondida por el “¡Que viva!” de la muchedumbre.
“Esto es Caranavi, compañeros del TIPNIS, Caranavi es de corazón grande. Esta es la Federación de Juntas Vecinales (Fejuve), que está presente acá, dándoles la bienvenida. Caranavi es solidario, no tiene color político en este momento, cuando hay que defender los intereses de la Madre Tierra. Esto no es un movimiento político, son vecinos ciudadanos de Caranavi, nacidos y algunos que vivimos de hace muchos años acá, para decirles que Caranavi no es lo que ustedes pensaban y Caranavi no es lo que les han dicho otras personas. Caranavi es esto, este solidario corazón del caranaveño que ha venido a aportar, a darles un granito de arena a ustedes, a recibirlos con los brazos abiertos y a decirles: compañeros, felicidades por esa lucha, por esa garra, por ese ímpetu, por esas madres embarazadas, por esos hijos que acompañan a sus madres, por esas señoras que están presentes acá. Caranavi está con ustedes, muchísimas gracias”, dijo Jorge Llanos, vecino del distrito Dos y presidente de la Fejuve local.
“Hermanos y hermanas del pueblo de Caranavi, hermanas y hermanos marchistas que estamos hoy en la ciudad de Caranavi, a cada uno de los hermanos dirigentes y de las hermanas, agradecerle profundamente al pueblo de Caranavi por este gran recibimiento. Es un gesto de hermandad que nos demuestra lo que nos han demostrado siempre. Nosotros jamás hemos pensado que ustedes habrían hecho lo contrario, jamás creímos los comentarios. Queremos decirles que nuestra marcha se caracteriza por ser pacífica, por eso no creemos en lo que dicen y lo que comentan en cada lado del camino. Y adonde hemos llegado hasta ahora, el pueblo nos recibe siempre con los brazos abiertos”, dijo Fernando Vargas Mosúa. Y continuó:
“Eso demuestra que nuestra lucha es justa, porque estamos defendiendo a la naturaleza”… “esa, esa, esa, esa”, repitieron los parlantes, porque estaba mal ajustada la perilla de los ecos.
“Defendemos la biodiversidad, el medio ambiente y la Madre Tierra para que ustedes y nosotros como pueblos indígenas sigamos gozando de la naturaleza, sigamos gozando de la biodiversidad, sigamos gozando de lo que nos da la Madre Tierra; pero no solamente nosotros y ustedes gocemos ahora, sino los hijos y los hijos de nuestros hijos. Eso es lo que queremos, solamente eso estamos pidiendo y no nos puede entender hasta ahora el Gobierno nacional. Agradecerles infinitamente, no tendríamos palabras por todo lo que han hecho. Y estaremos acá y seguro mañana estaremos más allá, hasta que lleguemos a la sede de Gobierno. Creo que solamente llegando al Palacio de Gobierno podemos reunirnos con el presidente Evo Morales, porque él jamás tuvo tiempo de llegar hasta donde estábamos nosotros, pero se dio tiempo para llegar al TIPNIS, dividiéndonos, rompiendo las estructuras organizativas que él, como Presidente y dirigente, conoce perfectamente. Pero bueno, se ha olvidado, está mal asesorado, entendemos eso nosotros”, dijo el presidente de las comunidades del TIPNIS.
“La unidad de los pueblos indígenas y la unidad de este país tiene que vencer todos los egoísmos, tiene que vencer a todo el racismo y lo que nos tiene que unir es la defensa de la naturaleza. Porque cada día más estamos sufriendo el calentamiento global, el efecto de La Niña, de El Niño, cada vez estamos siendo presa de esa destrucción a la naturaleza que provocamos nosotros, la humanidad. No podemos vivir sin la naturaleza y la naturaleza no puede vivir sin nosotros, porque estamos unidos. Solo así nos vamos a querer ambos, la naturaleza y el humano somos uno, y por ser uno tenemos que defender a la naturaleza todos, para no continuar con este proceso de calentamiento global, con este proceso de efecto invernadero que cada día afecta más a nuestra economía y a nuestra vida. Hermanos, ayudarme a decir ¡Que viva la Octava Marcha Indígena! ¡Que viva la naturaleza y la Madre Tierra! ¡Que viva el medio ambiente y la biodiversidad! ¡Que vivan los pueblos indígenas y los pueblos que habitamos este país, que somos parte del Estado Plurinacional!”, dijo Vargas.
“Queremos agradecerles profundamente por habernos recibido en su pueblo. Nos sentimos contentos, como marchistas no tenemos palabras para poder agradecerles a ustedes hermanos. Estamos en defensa de nuestro territorio para poder vivir muchos años tranquilos. Agradecemos de corazón a todos ustedes por el sacrificio y esfuerzo que están haciendo para darnos su granito de arena a todos nosotros, los marchistas, que somos hombres y mujeres, niños y ancianos, a pesar de la masacre del 25 de septiembre que nos ha hecho el presidente Evo Morales. Siendo este un gobierno indígena, nunca nos imaginamos que de esa manera iban a masacrarnos a las mujeres, nuestros hermanos, todos los marchistas. A pesar de eso estamos firmes en la lucha, para vencer y llegar con algo positivo a nuestras casas. Estamos firmes para llegar hasta la sede de Gobierno y ser atendidos en nuestras demandas”, dijo la mojeña Jenny Suárez, presidenta del Comité de Marcha.
“A nombre del CONAMAQ quiero decirle al pueblo de Caranavi, a los hermanos jóvenes, a todos los niños, mujeres: de todo corazón agradecemos, muchísimas gracias por recibirnos a la marcha indígena, que está luchando por todos los derechos colectivos, por todos los derechos individuales de cada uno de nosotros, para el futuro de nuestros hijos, para el futuro de nuestra tierra. Siempre los pueblos indígenas y todos los ciudadanos y ciudadanas hemos vivido con la Madre Tierra, con la biodiversidad, con el agua, que es la sangre de la Madre Tierra y nos da vida a los seres humanos. Por eso hay que cuidar a nuestra Madre Naturaleza, para que de acá adelante nuestros hijos puedan vivir, puedan gozar de nuestro territorio. Y eso no es del Gobierno, sino de cada uno de los pueblos. Como aquí, en Caranavi, los ríos, los bosques ¿de quién son? De ustedes, hermanos. Así los pueblos indígenas también somos dueños de nuestra tierra, de las bondades de la naturaleza, nadie nos puede quitar, nadie nos puede avasallar nuestros derechos colectivos. Con eso quiero decir, hermanos, que siga adelante el pueblo de Caranavi, que sigan adelante los pueblos unidos para tener un resultado a su futuro”, dijo tata Walberto Baraona, mallku de Medio Ambiente del Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (CONAMAQ).
Raúl, un vecino, entregó una bandera de Caranavi a Miriam Yubanore, vicepresidenta de la Central de Pueblos Étnicos Mojeños de Beni (CPEMB), brutalmente agredida por la Policía el 25 de septiembre.
“Departamento de La Paz, Bolivia entera y el mundo que nos ve por las cadenas televisivas internacionales: quiero saludar primeramente a todos los compañeros que han venido marchando desde tan lejos. En estos días se ha hablado mucho de que no iban a ingresar a Caranavi, que en Caranvi no los queremos, que Caranavi es territorio masista (del Movimiento Al Socialismo, MAS, partido en el Gobierno). En este momento quiero decirle a todo el mundo que esa es una total mentira: Caranavi es de los caranaveños y de los que han nacido en este pueblo. Quiero dirigirme especialmente a don Guzmán Aliaga (secretario general de la Confederación Sindical de Comunidades Interculturales de Bolivia -CSCIB) quien en Yucumo ha dicho que si la marcha pasaba los iban a reventar. Ahora quiero decirle a don Guzmán que venga y nos reviente a todos los que estamos apoyando a esta marcha”, dijo el vecino.
“Señor presidente del Estado Plurinacional: si usted no manda en el país, si usted no da las órdenes a la Policía y a las Fuerzas Armadas ¿entonces quién lo hace? Señor Presidente: si usted no tiene el poder ni la autoridad ni la capacidad de hacer eso, váyase por favor a Venezuela, váyase con su avioncito de 33 millones de dólares”, agregó.
“Compañeros: no quiero cansarlos, sé que han caminado mucho y están muy cansados. Aquí está mi compañera Miriam -ustedes han visto en la tele cómo ha sufrido, cómo la han amarrado, la han arrastrado, le han puesto cinta maskin en la boca, ha sido víctima de la brutal intervención policial, de la cual no hay responsables. Quiero decirle a la hermana Miriam que Caranavi está con usted, que Caranavi está con los marchistas. Queremos mostrar a esas personas que dicen luchar por el proceso de cambio que nosotros no vamos a luchar por el proceso de cambio. Desde la masacre de mayo del año pasado, Caranavi no va a luchar por el proceso de cambio, un proceso de cambio que solo nos ha traído muertes en este tiempo. Caranavi ha dicho no más muertes, no más amedrentamientos, no más dictadura de nuestro presidente hacia los bolivianos, hacia nuestros hermanos. Compañera Miriam, le doy la bandera de mi pueblo. Aquí no manda la gente que ha venido hace unos dos o tres años atrás, como el señor Guzmán Aliaga y todos los señores de la federación agraria dizque provincial de supuestos colonizadores de Caranavi. Quiero que cuando usted vaya a La Paz levante esta bandera y diga que en Caranavi los hemos apoyado, los hemos recibido, porque estamos con ustedes hasta las últimas consecuencias”, dijo don Raúl, quien nombró a Yubanore “heroína de esta marcha”. Miriam hizo flamear la bandera antes de hablar.
“Agradecerle a este pueblo de Caranavi por el recibimiento. Agradecerle al mundo entero por el apoyo que nos ha brindado en los momentos más difíciles. Decirle a todo el mundo que jamás el movimiento indígena va a ser vencido, jamás va a ser destruido. Más bien, con la masacre que nos han hecho el 25 nos crean más fuerza para seguir luchando y defender nuestros territorios. Vamos a seguir adelante hasta llegar a la sede de Gobierno, porque el Gobierno no tuvo voluntad absolutamente para bajar a tratar el diálogo que pedíamos nosotros en la marcha. Pero ahora, nosotros sufriendo, con los pies descalzos, con lluvia, con frío, con sol, vamos llegar hasta la ciudad de La Paz. Ayúdenme a decir ¡Que viva el movimiento indígena! ¡Que viva el pueblo de Caranavi!”, dijo Miriam Yubanore.
Reconfortados, las y los marchistas caminaron cinco cuadras más hasta orillas del río Caranavi, donde van a acampar esta noche y decidirán cuándo retoman el camino hacia las puertas del Palacio Quemado.
(Comisión de Comunicación de la Octava Marcha Indígena)
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