domingo, 18 de septiembre de 2011

Las formas de la manipulación

Raúl Prada Alcoreza

Hay que prestar mucha atención a ciertas formas del uso del poder que tienen que ver directamente con lo que llamamos la manipulación , es decir, a la forma cómo se quiere forzar e inducir para lograr los objetivos establecidos. Sobre todo llama la atención el manejo de la gente, el manejo de la opinión pública, el manejo de las instituciones y de las organizaciones, el manejo de la información, el manejo de los conflictos. Se interviene impúdicamente para convencer y conducir a la gente, para influir en sus conductas; se maneja la propaganda, la publicidad, la comunicación para mostrar una imagen de la realidad de acuerdo al espejo del poder. El poder se mira en lo que informa y lo que expresa termina siendo la imagen del espejo, es allí donde se legitima y ratifica el poder. Se manejan las instituciones como dispositivos de poder; aunque toda institución es un dispositivo de poder, lo que hace a la manipulación es el uso forzado que se hace de las instituciones, buscando alcanzar otros fines, distintos a las finalidades normativas. En el caso de las organizaciones, estas son cooptadas en la perspectiva de los fines extra-organizacionales impuestos. Se maneja la información como herramienta de propaganda, como una extensión de los alcances y el cumplimiento del gobierno. Quizás lo más grave pasa con el manejo de los conflictos; lo primero que se hace es ignorarlos, después se los descalifica, si avanza el conflicto, se intenta cooptar y dividir a las organizaciones involucradas en la demanda; por este camino se termina optando por los medios de disuasión y represivos. También se puede pretender arreglar con los grupos más vulnerables y dóciles del conflicto, como lo que ocurre ahora en lo que respecta al conflicto del TIPNIS. No se quiere atender ni dialogar seriamente, solo se transmite la decisión antelada, la crónica de la muerta anunciada del territorio y del parque, empero se manipula montando una escenificación en una comunidad, la de Santo Domingo, donde habitan un grupo de familias indígenas, ahora invadida por visitantes del tramo tres de la carretera Villa Tunaría-San Ignacio de Moxos, quienes no habitan el TIPNIS, para aparentar multitud y hacer creer que se conversa y se consulta con las comunidades asentadas en el TIPNIS.
A propósito de la temática de la manipulación, José Luis Vega Carballo dice
Se entiende por manipulación un ejercicio velado, sinuoso y abusivo del poder. Se presenta en cualquier relación social o campo de la actividad humana, donde la parte dominante se impone a otras en virtud de que éstas carecen de control, conciencia y conocimiento sobre las condiciones de la situación en que se encuentran. Aunque la imposición de cualquier curso de acción tiene siempre consecuencias reales, lo cierto es que, dentro del campo de la interacción social manipulada, no hay manera de que las partes afectadas puedan vislumbrarlas anticipadamente, tampoco analizarlas y menos impedirlas; solo les queda afrontarlas como hechos consumados.

La manipulación es un ejercicio velado, sinuoso y abusivo del poder. El poder se ejerce decía Michel Foucault, no es una propiedad, no es una sustancia, no es una ideología; diríamos que se trata de relación de fuerzas, una fuerza que afecta y otra fuerza afectada, una fuerza que hace de función de poder, otra fuerza que hace de materia de poder. La manipulación se basa en relaciones de poder que buscan afectar conductas y comportamientos, como toda relación de poder, pero que recurre en este caso al engaño, a la distorsión, al chantaje, a la presión, al encubrimiento, al montaje, al teatro, pero también a sutiles mecanismos y deslizamientos de la violencia, que tienen una particularidad cuando se trata del Estado y de sus formas de gobierno.

Llama la atención la reiteración desembozada de las formas de manipulación de un gobierno que se dice indígena y popular, más aún que se concibe como gobierno de los movimientos sociales, de acuerdo a las expresiones rimbombantes del Vicepresidente. En los conflictos con las organizaciones indígenas, particularmente en lo que ocurre con el conflicto del TIPNIS, ha desplegado de manera abierta todas las artes de la política vulgar, la astucia “criolla”, como decimos popularmente, adelantándose a las consecuencias de la construcción de la carretera; la maniobra se muestra patentemente cuando se hace tres trazos de la carretera que va de Villa Tunari a San Ignacio de Moxos, buscando eludir el estudio de impacto ambiental, sobre todo en lo que respecta al Territorio Indígena y al Parque. La anticipación no consultada también se hace evidente cuando se acuerda con el entonces presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva la construcción de la carretera, financiada en gran parte por el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) de Brasil (2008-2009); en este acuerdo se establece el compromiso fuera de normas de que la construcción de la carretera queda a cargo de la empresa constructora brasilera OAS. Esta forma de comportamiento sinuoso y callado, toda esta actitud velada preveía conflictos, por eso se adelantó a los hechos, encubriendo los acuerdos y convenios antelados. Cuando estalla el conflicto del TIPNIS la respuesta es escabrosa; primero se confronta internamente al entonces Viceministro de Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente y Agua, Juan Pablo Ramos, quien no quería firmar la ficha ambiental justamente del tramo II, que pasa por el TIPNIS; segundo se oculta la información y se miente a la opinión pública acerca del estado de la cuestión de esta carretera; tercero se dice que no hay trazo del segundo tramo; cuarto, cuando se desprende la marcha indígena en defensa del Territorio Indígena y Parque Isiboro-Sécure, se descalifica a las organizaciones indígenas acusándolas de estar en contacto con la Embajada norteamericana, insinuando que esta marcha ha sido preparada por agentes de la embajada, volviendo a acusar a USAID por enésima vez de estar fomentando la marcha indígena; también se acusa a un conjunto fantasmagórico de ONGs de estar involucradas en la conspiración. Cuando la marcha se acerca a San Ignacio-de Moxos, altos personeros de gobierno van a azuzar a los pobladores para que se levanten contra los indígenas de la marcha. Si bien no consiguen esto, lo que logran es que no se les dé alojamiento, comida ni agua. Cuando la marcha se aproxima a Yucumo, se movilizan a colonizadores, cocaleros, policías e incluso la ABC para impedir el paso de la marcha pacífica, bloqueando a la marcha en esta localidad comercial. Cuando la marcha consigue apoyo internacional y del país, movilizando a múltiples grupos de jóvenes, a la organización de regantes, a la federación de estudiantes de la ciudad de El Alto, a mineros e incluso a organizaciones de la ciudad de El Alto, como la conocida Coordinadora por la Dignidad de la Ciudad de El Alto, cuando es patente su contradicción en relación a la consulta previa libre e informada, consulta que exige la Constitución, buscan dividir a las comunidades del TIPNIS; todo esto sin responder a la demanda de los marchista. Se opta entonces por el teatro político, se hace el montaje de un escenario grotesco de una reunión manipulada en la comunidad de Santo Domingo, llevando gente del tramo III, que habita fuera del TIPNIS. El presidente va a esa comunidad y efectúa una tertulia improvisada con los supuestos comunarios, reunión que es transmitida por la radio emisora oficial Patria Nueva.

El comportamiento del gobierno en todo el conflicto del TIPNIS devela descarnadamente el sentido de las políticas gubernamentales en relación al medio ambiente, a la ecología, a los parques y territorios indígenas, en relación a los derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios, en relación también al modelo heredado, el extractivismo, incluyendo a la ampliación de la frontera agrícola y la desforestación, así mismo devela el sentido de las políticas en relación a la coca y la cocaína. Pero, sobre todo, devela la constante recurrencia del procedimiento más apreciado por los funcionarios en su relacionamiento con la sociedad, los pueblos y las organizaciones, este expediente es el de la múltiple manipulación abierta y desembozada. ¿Por qué recurre a esta maniobra? ¿Qué expresa esta recurrencia? ¿Una gran debilidad, una gran vulnerabilidad, una descomposición?

José Luis Vega Carballo, el autor citado sobre la definición de manipulación, dice que:

Pero aún allí, en momentos de crisis de consenso, cuando se ponen en entredicho la legalidad y legitimidad del régimen, los dirigentes terminan apostando a la manipulación para controlar las reacciones de los dominados. Surgen distintas fórmulas para encubrir decisiones de emergencia, desde los discursos efectistas hasta los despliegues de propaganda, tácticamente destinados a compensar la carencia de argumentos capaces de persuadir a las masas y mantenerlas leales al régimen. Cuanto más avance la desestabilización y se aproxime la posible subversión violenta del régimen, es mayor la frecuencia con que se aplican dosis variables de manipuleo con represión, incluyendo las llamadas “cortinas de humo”, cuyo propósito es distraer la atención de los subordinados para apartarla de los verdaderos problemas que la dirigencia no puede resolver.

La recurrencia a la manipulación parece aumentar cuando hay crisis de consenso. Desde esta perspectiva vendría a ser algo que sustituye al consenso o cuando falta consenso se recurre más a la manipulación. Este procedimiento de maniobra vendría a ser un síntoma de la crisis de consenso, que también significa una crisis de credibilidad; la pérdida de confianza también generaría el incremento del uso de la manipulación. Esta tesis podría llevarnos a pensar en una relación inversamente proporcional, pero no es así, pues la variedad de los recursos, dispositivos y agenciamientos de poder más bien presentan un mapa de combinaciones complejo, que se da de una determinada manera, dependiendo de las coyunturas y los contextos. Incluso cuando hay consenso los gobiernos no dejan de recurrir a tácticas de maniobra. Se trata de procedimientos altamente extendidos, diversos, recurrentes, no sólo por gobiernos sino instituciones, también en las relaciones de grupos, así como en las relaciones interpersonales. Pero, en el caso que nos interesa, la manipulación política, muestra los secretos engranajes de las formas de poder y de los entretelones gubernamentales. Se trata de un procedimiento no democrático y mucho menos participativo, en todo caso tampoco transparente. Se da cuando se tienen finalidades establecidas, las mismas que no quieren ni deben discutirse, de acuerdo a los criterios de los “diseñadores” de las finalidades; estas tienen que ejecutarse, para su cumplimiento se usan todos los medios al alcance, incluyendo preponderantemente los que tienen que ver con la manipulación. En este caso las finalidades son como ordenes; se hace creer a los participantes que se está discutiendo, que se está tomando en serio el debate, la demanda, la reivindicación, las propuestas alternativas, aunque en realidad este dialogo sólo sirva para legitimar lo ya decidido, el cumplimiento de finalidades políticas.

Esta manera de proceder nos muestra también una percepción bastante esquemática de los gobernantes, que se resume en el creer que los otros, los interlocutores, la opinión pública, son manejables. Esta percepción expresa una sobreestimación extrema de las posibilidades del gobierno y una desvalorización también extrema de los otros, de los interlocutores, del auditórium, de la opinión pública. Hay más de una sorpresa cuando los gobernantes se enfrentan a resistencias, a obstáculos, a conductas no manejables ni manipulables, que responden a criterios formados sobre los temas en debate. Lo sorprendente es que en vez de corregir este comportamiento gubernamental, generalmente los gobernantes insisten como en una terca persistencia en estos métodos, aunque estos métodos pueden llevar ineludiblemente a la confrontación. ¿Por qué? Hay una especie de extensión estimativa de los microclimas institucionales gubernamentales a la sociedad. Se espera que de la misma manera que se obedece en las instituciones, las sociedades deban hacerlo. Hay un presupuesto de disciplina generalizada, que obviamente no se cumple en la realidad. No se considera para nada los propios raciocinios de la sociedad, de los grupos, de las organizaciones, de los movimientos. Lo que cuenta es la estrategia diseñada o supuestamente diseñada, las finalidades establecidas; lo demás es objeto, es materia de poder, es manipulable.

De este modo podemos decir que la manipulación dibuja una psicología especial de los gobernantes, de la clase política; se sienten inmunes, se instala un egocentrismo que da lugar a una sensación de que se es todo poderoso, una distancia cualitativa los separa de los mortales. Esta percepción es alimentada por los propios funcionarios que rodean como cortes modernas a los ejecutivos. La ceremonialidad del poder, la adulación constante, la información seleccionada, terminan convenciendo a los que toman decisiones de que es así, que los que gobiernan tienen el sartén por el mango, que sus decisiones son indiscutibles. Muchos de estos escenarios, de estos montajes políticos, son construcciones de los subalternos inmediatos, que quieren ganar puntos. La manipulación termina entrampando a todos, como en un círculo vicioso; no convence, no disuade, y termina echando leña al fuego, incrementando la intensidad del conflicto.

El autor citado continúa con la contrastación de la manipulación, escribe:

Si para un uso racional, persuasivo y legítimo del poder –es decir, la dominación según Max Weber–, se requiere comúnmente la transparencia y una conciencia relativamente lúcida acerca de los intereses en juego, la manipulación se ubica en la esfera opuesta. Al rechazar la transparencia, la argumentación y la persuasión –procesos que en la democracia se aplican para llegar al consenso–, los manipuladores, en su maquiavelismo, apelan a las dimensiones instintivas de la mente individual y colectiva, a impulsos inconscientes, a deseos y aspiraciones insatisfechas, a dependencias emocionales y pasionales de la conducta individual o de masas. Se esmeran por provocar reacciones impremeditadas que no requieran la aquiescencia ni el raciocinio, por obviar discursos que justifiquen las pretensiones de dominio, por evitar todo recurso metódico de justificación y convencimiento.

Descartando esa personalización de los manipuladores y de su supuesto maquiavelismo, pues no se trata de caer en la individualización, como si la manipulación fuera un atributo de ciertas personas, inclinadas a ello, y el maquiavelismo un plan antelado, una conspiración inherente. Este maquiavelismo, que proviene de la lectura francesa de la época de Nicolás Maquiavelo, interpretación segada por cierto, que ha reducido las tesis de Maquiavelo a la caricatura de proposición que se expresa en la frase popularizada de que los fines justifican los medios, convirtiendo a Maquiavelo en un teórico de las conspiraciones, las artimañas, las astucias y las intrigas. Lectura que no comprende la estructura, el contenido y el núcleo de la teoría de Nicolás Maquiavelo que tiene que ver con la figura del príncipe como articulador de la voluntad nacional. Dejemos entonces de lado esta apreciación del autor para concentrarnos en sus definiciones sobre la manipulación. Se concibe un aire irracional en el ejercicio de la manipulación; ¿esto es sostenible? Depende cómo concibamos la razón y la racionalidad; si aparece como un discurso iluminista, que exige argumentación y justificación, reducimos la razón a su forma lógica e instrumental; en cambio sí ampliamos el uso de la razón a la elaboración de juicios, entendidos como la adecuación de los medios a los fines, nos abrimos a múltiples formas de la razón y de la racionalidad. La manipulación no está exenta de una forma de racionalidad ligada a la astucia; no se trata en este caso de pretensiones de verdad y de validez. No estamos en el terreno de la acción comunicativa ni de sus racionalidades desplegadas, estamos mas bien en los espacios de las formas de violencia, en los mapas de la dominación, aunque esta violencia y esta dominación tenga que hacerse discursiva. En todo caso estamos ante pretensiones de logro, de ejecución, pretensiones de dominación. El uso de los discursos en la manipulación no pretenden convencer de la verdad expuesta, al contrario son usados para engañar. Entonces las formas de la manipulación tienen que ver con las formas de la dominación; por eso no es un mecanismo democrático, puesto que la democracia en sentido pleno suspende los mecanismos de la dominación. El uso recurrente de la manipulación caracteriza el perfil de los estados y gobiernos que la ejercen. No se trata de estados democráticos en pleno sentido de la palabra, que deberían ser más participativos que representativos, sino de maquinarias, instrumentos, estrategias gubernamentales al servicio de la dominación. No se trata entonces de un proyecto emancipatorio sino de un proyecto de poder. Esto es importante a la hora de caracterizar al Estado-nación boliviano y al gobierno popular. Ciertamente lo que debería ser un proyecto emancipatorio, pues arranca de las luchas sociales, de los movimientos sociales, de la guerra anticolonial y descolonizadora, termina siendo otro proyecto de dominación. ¿De quienes es esta dominación? No es una pregunta fácil en una transición que debería ser de transformación y resulta mas bien de restauración.

Al respecto, en relación a esta pregunta, que tiene que ver con la estructura de poder, pero también con la estructura de clases, asentadas ambas en la matriz y estructuras coloniales, vamos desplegar una hipótesis de interpretación.

Después de la movilización prolongada (2000-2005) nos encontramos ante dos gestiones de gobierno popular y un proceso constituyente, ambos contradictorios, que expresan de manera dramática las contradicciones inherentes de los proyectos políticos congénitos que nacen como producto de la movilización; uno de ellos es el proyecto político que expresa la transición descolonizadora hacia el Estado plurinacional comunitario y autonómico, en la perspectiva de conformar una economía social y comunitaria que apunta al modelo alternativo a la modernidad, al capitalismo y al desarrollo; el otro modelo está encaminado claramente a la continuidad expansiva e intensiva del estándar capitalista dependiente periférico basado en el extractivismo compulsivo; modelo que se sostiene en la restauración del Estado-nación, liberal y colonial. Ambos modelos son opuestos, contradictorios y antagónicos. El primer modelo alternativo ha quedado transcrito en la Constitución política del Estado, el segundo modelo vigente es el que efectivamente se realiza desde el Estado y desde el gobierno. El primer modelo ha quedado como un ideal y el segundo modelo es el realmente implantado. El primer modelo es defendido por las naciones y pueblos indígenas originarios, por sus organizaciones matriciales, de tierras altas y de tierras bajas; el segundo modelo es el asumido por el gobierno, por el MAS, por las organizaciones campesinas, colonizadoras y cocaleras, en alianza ahora con la burguesía intermediaria boliviana, banqueros, empresarios, agroindustriales, soyeros, terratenientes, apoyados en este trámite por las empresas trasnacionales mineras, hidrocarburíferas, las empresas constructoras, el gobierno brasilero, en el contexto de reacomodo de la estructura de la geopolítica del sistema mundo capitalista.

Tomando en cuenta este panorama, ¿qué sucede en la transición? Concurre la reorganización de la composición de la burguesía intermediaria boliviana; campesinos ricos, colonizadores ricos, cocaleros ricos ingresan a formar parte de esta nueva composición de la burguesía, conjuntamente con los comerciantes; algunos de ellos se introducen en su condición de dirigentes o ex dirigentes, al formar parte de la nueva clase política. Las formas de esta recomposición burguesa no son distintos al de las otras y anteriores composiciones de la burguesía, procedimientos de despojamiento, de apropiación, incluso de trafico de tierras y circuitos de influencias. Obviamente no son todos los campesinos, todos los colonizadores ni todos los cocaleros los que ingresan a formar parte de esta nueva burguesía, como en la genealogía de las burguesías, se forman estructuras piramidales, la gran masa social queda en la base piramidal y son determinados grupos pujantes y agresivos los que terminan ocupando el sitio de la cúspide. Empero, como se comparte la ilusión desarrollista y el imaginero modernista, creyendo que el logro de la riqueza está al alcance de todos, el conjunto social cree que puede acceder y se embarga en un proyecto que obviamente va a recrear las desigualdades.

En este mapa social, ¿qué papel juegan los obreros? Si nos guiamos por el último el XXXI Congreso de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia, vamos a ver que el proletariado minero retoma la Tesis de Pulacayo, la tesis de transición al socialismo, bajo la caracterización de un país de capitalismo atrasado y dependiente. Vuelven a plantear la alianza obrero campesina, bajo la dirección del proletariado en la perspectiva de la revolución socialista. ¿Dónde entra este planteamiento en el antagonismo que plantean los dos modelos mencionados anteriormente? ¿La propuesta minera se acerca más a la modernidad, al desarrollismo, al extractivismo o la propuesta obrera se acerca al modelo alternativo a la modernidad, al capitalismo y al desarrollo? Este es un problema que tiene que resolver el proletariado minero, que tienen que resolver los obreros, en el contexto de las luchas y movimientos sociales antisistémicos contemporáneos, que confrontan al capitalismo no solo en lo que respecta a la explotación de la fuerza de trabajo sino por en lo que respecta a la explotación y dominación de la naturaleza. Ya no es el contexto ni la coyuntura histórica del momento de aprobación de la Tesis de Pulacayo, este momento, el actual, es de una lucha contra el capitalismo en defensa de la Madre Tierra, que es el nombre que se usa para referirse a los componentes y ciclos vitales integrados de la vida, en toda su biodiversidad, comprendiendo su ecología y ecosistemas.

La hipótesis interpretativa se resume a que hay una nueva composición de la burguesía de la que forman parte los campesinos ricos, los colonizadores ricos y los cocaleros ricos. Esta nueva composición en articulación con los estratos heredados de lo que fue la burguesía intermediaria, ejerce el dominio sobre las naciones y pueblos indígenas originarios y el proletariado, que tiene cada vez más características nómadas. Esta nueva burguesía todavía no tiene un discurso propio o adoptado, como en el caso de la burguesía liberal o el caso del proyecto de burguesía nacional, en uno caso el discurso era liberal y en el otro caso el discurso era nacionalista. El discurso Constitucional, por el Estado plurinacional, comunitario y autonómico no les sirve, menos el discurso del vivir bien, pues entra rápidamente en contradicción con sus propias acciones. Por eso se han convertido en escenas cada vez más grotescas los montajes políticos del gobierno; el discurso no coincide con la práctica. Esta nueva burguesía se ve impelida a elaborar otro discurso acorde a su transición restauradora. Por el momento no hay tal cosa, lo que hay es una recurrencia desesperada a las formas polimorfas de la violencia, desconociendo los derechos fundamentales, los derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios, los derechos de la madre tierra.

Teniendo en cuenta esta lectura de la transición podemos entender mejor el requerimiento recurrente a las formas de la manipulación como parte de las formas de violencia, como parte de las formas de dominación. De las tácticas y estrategias, de las herramientas e instrumentos políticos, de las formas discursivas, es uno de los mejores procedimientos que tienen a su alcance para implementar el proyecto de continuidad capitalista y extractivista. El problema es que los pueblos no son manejables ni manipulables, son resistencias que hay que vencer, el esquematismo ingenuo de los gobernantes que recurren a la manipulación no comprende la compleja realidad social, política, económica y cultura. Tiene enfrente un gran obstáculo para la realización de su proyecto, la Constitución, el horizonte abierto pluralista, los saberes y la politización de los pueblos.

Resumen de noticias, domingo 18 de Septiembre, 8:00 AM

 
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El sustento mínimo de un Estado Plurinacional Comunitario es el respeto de los pueblos originarios, su libre determinación y el reconocimiento de sus derechos territoriales, que incluyen el de propiedad: indivisible, imprescriptible, inembargable, ...
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18/09/2011 | Ed. Imp. Aunque la marcha indígena en defensa del TIPNIS sigue su curso, con serias dificultades y tratamiento oficial francamente abusivo e indolente y los derechos humanos se siguen pisoteando por la acción de “jueces” comprometidos con ...
Embajada de EEUU afirma que no brindó ningun apoyo a indígenas del ...
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Radio FmBolivia - Arg

Ex Presidente Carlos D. Mesa respecto al TIPNIS

Más de 1.500 indígenas marchan hace varios días buscando las alturas. Se han congregado decididos a defender el territorio ancestral que habitan, que es además un parque nacional en medio del gigantesco territorio amazónico sudamericano.

¿Por qué marchan? La razón es simple: el Gobierno ha decidido construir una carretera que, de hacerse, partirá en dos ese parque nacional y su tierra comunitaria de origen.

Parece ser una más de las innumerables tensiones que se viven en el mundo entre las prioridades desarrollistas de algunos Estados y el derecho de los pueblos indígenas sobre sus tierras. Pero no, este episodio tiene características muy particulares.

La amarga ironía para los marchistas, que han reunido a casi una treintena de representantes de las naciones y pueblos indígenas de Bolivia, es que su presidente se llama Evo Morales Ayma, indígena aymara. Morales, merced a la nueva Constitución aprobada en su gestión, ha cambiado el nombre del país, que de República de Bolivia ha pasado a llamarse Estado Plurinacional de Bolivia, conformado por 36 naciones y pueblos indígenas, la gran mayoría naturales de las tierras bajas al norte, oriente y sur del país. Esto conlleva el reconocimiento de 36 lenguas oficiales además del castellano.

En la última Cumbre de Cancún sobre el cambio climático de 2010, Bolivia fue el único país del mundo que se opuso al documento final, argumentando que era demasiado débil y que no mostraba una verdadera decisión de defender la madre tierra (pachamama en aymara). En ese contexto, el Gobierno boliviano ha hecho una cuestión de fe de la difusión del "vivir bien" (suma k'amaña) que, según subraya, se basa en la relación armónica entre el ser humano y la naturaleza, filosofía indígena prehispánica en la que incluso los derechos de la tierra -según su lectura- son más importantes que los derechos humanos. Por otra parte, ha insistido muchas veces en que esa filosofía salvará a la humanidad como la única respuesta posible al consumismo y la explotación individualista de la tierra de la que es responsable Occidente.

Es bueno recordar que el Gobierno de Morales, a pesar de haber sufrido en lo que va de 2011 una pronunciada baja de popularidad, tiene en frente a una débil oposición política después de haber doblegado a las poderosas élites económicas lideradas por empresarios agroindustriales de Santa Cruz (2008). Pero ciertamente nunca estuvo en la ecuación del presidente que se le abriera un flanco opositor en su seno, cuando la gran mayoría de los pueblos indígenas marchan opuestos a una de sus iniciativas. El mandatario que siendo sindicalista condujo combativas marchas a La Paz en defensa de la coca, es hoy interpelado por los pueblos indígenas de los llanos que le exigen que cumpla la Constitución que promovió y promulgó, que respete los derechos indígenas que esta consagra y que respete la obligación de hacer una consulta a las comunidades afectadas por su proyecto caminero.

Los ambientalistas, por su parte, critican la decisión arbitraria y desafiante del Gobierno, que insiste en que la carretera se hará "sí o sí", contradiciendo la esencia de su discurso indigenista y radical en defensa del medio ambiente. A su vez, algunos economistas subrayan que el proyecto revela un espíritu de desarrollismo anacrónico, basado en la vieja premisa de que una carretera es por definición sinónimo de progreso.

El Parque Nacional y TCO indígena Isiboro-Sécure (por el nombre de los ríos que lo delimitan), conocido como TIPNIS, es un territorio que abarca casi 1.100.000 hectáreas, parte del territorio en el que, al pie de la gran cordillera andina, nace la Amazonia boliviana. Está situado casi en el centro del país, en los departamentos de Cochabamba y el Beni. En él habitan los pueblos Yuracaré, Chimán y Mojeño, comunidades que suman alrededor de 90.000 personas. Morales quiere construir allí una carretera de 306 kilómetros a un costo de 415 millones de dólares, cuyo objetivo es, dividiendo en dos el parque y los territorios indígenas, unir las poblaciones de Villa Tunari en Cochabamba (al sur) y San Ignacio de Mojos en Beni (al norte).

La Constitución boliviana es muy clara en una situación como la planteada. El artículo 2 les otorga a las naciones y pueblos indígenas el derecho a la autonomía, al autogobierno y a la consolidación de sus entidades territoriales. El artículo 30 especifica su derecho a ser consultados de manera obligatoria cuando el Estado toma decisiones que afectan a sus territorios. El artículo 347 reza: "El Estado y la sociedad promoverán la mitigación de los efectos nocivos al medio ambiente, y de los pasivos ambientales. Se declara la responsabilidad por los daños ambientales históricos y la imprescriptibilidad de los delitos ambientales".

¿Por qué las incongruencias tan gigantescas ante estas reglas? La explicación es menos difícil de lo que parece. Uno de los ejes de la producción de coca en Bolivia está en el Chapare colindante con el TIPNIS, que comenzó a ser invadido hace algunos años por cultivos de la hoja aún en pequeña escala que con el nuevo camino podrían expandirse. Morales forjó allí su liderazgo político como secretario ejecutivo -cargo que aún ocupa- de las federaciones de productores de coca. Es su base social y política más dura. Por otra parte, la presión en la zona por parte de migrantes indígenas andinos aymaras y quechuas es incesante. El proyecto indígena del Gobierno se apoya en la fuerza de los originarios andinos (91% del total de los indígenas de Bolivia) que controlan los hilos del poder gubernamental. El razonamiento de estos colonizadores del siglo XXI es muy simple: "Queremos la carretera para la habilitación y otorgación de tierras agrícolas en nuestro favor". "¿Por qué -razonan los andinos- unos pocos miles de hermanos de los llanos tienen tierras comunitarias de cientos de miles de hectáreas, y a nosotros nos niegan unas pocas hectáreas (de propiedad individual) en un espacio tan grande?".

Especialistas ambientales no solo afirman que la carretera provocará daños irreversibles a uno de los parques nacionales más emblemáticos, sino que saben que sentaría un precedente que puede ser terrible para el futuro de los parques de Bolivia, una de las naciones que cuenta con mayor biodiversidad en el mundo.

Detrás de este increíble escenario de enfrentamiento de indígenas contra indígenas en el primer Estado Plurinacional de América está un jugador poderoso, Brasil. Su banco estatal de desarrollo y la empresa OAS, constructora brasileña, tienen la llave y el candado del proyecto. El 80% del financiamiento de la carretera viene del Brasil. Tal es la importancia del tema que el expresidente Lula estuvo en Santa Cruz en los días en que comenzó el conflicto, y en Brasilia ya se han prendido las alarmas. El tema, que ha cobrado repercusión internacional, desafía a la presidenta Rousseff en dos dimensiones. La cada vez más compleja relación bilateral por la incidencia de la droga originada en Bolivia con destino a Brasil y la vocación ambientalista de un Gobierno que sabe muy bien de conflictos de esa naturaleza en su propio territorio, y que tiene además la intención de construir tres grandes presas hidroeléctricas en el río Madera (una de ellas en territorio boliviano), en el que desemboca toda la gran cuenca amazóni-ca de Bolivia.

Los indígenas que marchan en defensa del TIPNIS y exigen que la nueva carretera, en vez de cortar el parque como un pastel, lo bordee, cuestionan la retórica del Gobierno del presidente Morales, lo desafían a responder sobre su verdadera concepción del desarrollo, y a demostrar si gobierna defendiendo y promoviendo los derechos de todos los indígenas, o es, por el contrario, el líder excluyente de los indígenas de las alturas que lo entronizaron en 2006 en una impactante ceremonia en Tiwanaku, símbolo del poder de un imperio preinca que no conocía la existencia del gigantesco Amazonas.

Morales puede derrotar a los indígenas y hacer la carretera por donde quiere, o ceder y construirla sin afectar el TIPNIS. Pero la herida está ya abierta y es profunda.

Carlos D. Mesa Gisbert fue presidente de la República de Bolivia.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Carta del músico Luis Rico a Evo Morales, respecto al TIPNIS


Periodistas denuncian agresiones de bloqueadores que impiden marcha por el TIPNIS

El Deber

A César Tamayo, reportero de Radio Fides, un grupo de bloqueadores del puente San Lorenzo de Yucumo le rajó la pantalla de su cámara fotográfica, según lo denunció ayer. A él le preocupa que cada vez que tiene que pasar por allí, un grupo de gente lo rodea y le pide explicaciones por las fotos que publica y por los comentarios que se difunden a través de esa cadena de radiodifusión de la Iglesia católica.
Jorge Figueroa, periodista de la red Erbol, se muestra firme. A él lo amenazan igual, cuenta, pero nunca se lo ha visto achicarse. Ambos están allí porque tienen la tarea de informar al país lo que está sucediendo con la marcha indígena en defensa del Tipnis, con el bloqueo de Yucumo y con el papel de la Policía.
Del otro lado, el dirigente de los colonizadores interculturales, René Huasco, se queja hasta el cansancio de que la prensa desinforma sobre el bloqueo que han hecho en el puente San Lorenzo de Yucumo para evitar el paso de la protesta de los originarios contra el Gobierno.
Lo mismo ha sugerido el canciller David Choquehuanca, que dice que el bloqueo es un ‘invento’ de la prensa.
Sin embargo, lo que se ha podido verificar en imágenes es que existen cortes de ruta en el lugar, y que son sostenidos por no más de 30 o 40 personas en los últimos días. “Eso les molestó, que tome fotos”, dice Tamayo.
Tampoco ha sido posible pasar en los vehículos propios de la prensa por el bloqueo. Por tales razones, los periodistas que han sido agredidos o amenazados en el lugar han pedido que el Estado dé en los hechos garantías para el trabajo de prensa en el lugar.
Por otro lado, la coordinadora por la Defensa de la Dignidad del Pueblo Alteño resolvió en un ampliado brindar todo su apoyo a la marcha de los pueblos indígenas y enviar a 50 voluntarios que partirán para plegarse a la marcha, el lunes 19 de septiembre, exigiendo la inmediata ruptura del bloqueo policial en Yucumo.

Respuesta del Gobierno al Pliego de Marchistas del TIPNIS

Respuesta Pliego Marchistas TIPNIS

La marcha continúa a Yucumo. Un testimonio conmovedor.

La marcha indígena avanza hacia Yucumo

-Señora, nosotros somos los marchistas. Quisiéramos pedirle, porque lo vemos muy bonito acá. No necesitamos techo, porque estamos marchando. Lo que necesitamos sobre todo es que haiga agua, porque es lo fundamental. Nosotros en esta marcha podemos aguantar de hambre, pero a veces no aguantamos de sed.
-Yo me he aguantado de hambre- dijo la señora de la casa.
-Como ahorita tenemos sed de agua y sed de justicia, estamos buscando las dos cosas. Entonces eso señora, veníamos nosotros a verificar, y vemos que el terreno es bonito, no sé si usted nos da ese hospedaje acá en este lugar.
-Pueden alojarse nomás. Allá hay agua pues, mire- señaló la doña a un grifo. “Es de una bomba, recién ahorita la he puesto”, agregó.
-¿Y sale fresquita?- dijo una líder indígena.
-Sí.
Entre la comunidad La Embocada y el bloqueo/ “vigilia” de policías y campesinos que quieren impedir el paso de la marcha está una casa como todas las del lugar. Techo de jatata, paredes de madera y caña, rodeada de árboles espesos, plantas, gallinas y un par de perritos flacos. Hasta aquí llegó una comisión de la marcha para pedir hospitalidad. La señora de la casa puso un balde lleno de agua sobre la mesa y alcanzó una taza a los marchistas.
-Toditos somos dirigentes y bueno, una vez más hemos venido con el propósito de poder avanzar y seguir en nuestra lucha. Para su conocimiento, nosotros no estamos en contra de la carretera Yucumo-Rurrenabaque, más al contrario, seguimos protestando porque no sé cuántos años tiene esta carretera de aquí y nunca la pavimentan ¿no?- dijo el vocero de la comisión, Fernando Vargas Mosúa, presidente de la Subcentral de comunidades del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS).
-Lo otro es que nosotros no estamos de acuerdo con que mañana se tenga que paralizar el bono Juancito Pinto, el bono Dignidad, se tenga que sacar la plata a los gobiernos municipales, a las gobernaciones: no es esa nuestra demanda . No tiene nada que ver con eso, como lo ha dicho el gobierno. Le comentamos cuál es el motivo de nuestra marcha. Primero, que la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos no afecte a nuestro territorio, a nuestra Casa Grande. Segundo, que los proyectos nuevos petroleros para el parque Aguaragüe no se realicen sin la consulta ni la aprobación de los que viven allá adentro. Tercero, dentro de ese punto, es que el gobierno tenga que componer todos los pozos, porque hay más de 50 pozos petroleros que están botando crudo a las quebradas, al río, contaminando. Ya no se puede tomar agua así. Si usted va allá, en una quebrada tiene que poner ramas ahí para que no vaya el crudo, el petróleo. Cuarto punto, el tema de tierra y territorio. Estamos pidiendo el desalojo de los terceros que se nos haigan metido en nuestro territorio de manera ilegal. Y estamos pidiendo que el saneamiento de territorios se concluya definitivamente, para que podamos invertir en ellos con programas, con proyectos. Porque el mismo gobierno a veces exige que haya un título para poder ejecutar un proyecto en nuestros territorios, pero no nos da el título. Entonces eso estamos pidiendo señora, con mucho respeto.
Vargas siguió informando a la señora y a su marido: “Quizás le van a decir que estamos marchando y queriendo vender nuestro territorio, nuestros bosques, y esa es una gran mentira. Primero, porque el Bono Verde o el tema de REDD son cosas nuevas y la gente no lo entiende muy bien. Se trata de que los árboles producen oxígeno. A veces los árboles cumplen dos funciones importantes. Una es capturar el dióxido de carbono, la contaminación que hace la industria del primer mundo; a ese gas lo absorbe, lo mete como a una recicladora y empieza a desprender aire puro, que nosotros respiramos. Pero en la noche, otra vez lo vuelven a soltar. Entonces esas dos cosas cumplen en el tema del oxígeno. También cumplen otras funciones: capturan la lluvia para que nosotros podamos tener agua en nuestros espacios, por eso es importante tener el bosque”.
-El gobierno ya firmo un convenio con las Naciones Unidas, ha recibido plata (cuatro millones de dólares) y nos está acusando a nosotros de que queremos poner en prenda, en garantía, nuestros bosques, hipotecarlos. Le explico esto para que usted pueda entender por qué estamos marchando. Y después viene lo otro, que ya son los temas administrativos, si vale el término. El Fondo Indígena, proyectos, educación, universidades, salud, universidades y otros temas. Pero los temas grandes son, como le digo, el del TIPNIS, para que la carretera no parta el territorio. Yo soy de allá, soy dirigente actual, muchos hermanos en la marcha son de allá. Como el tema del parque y el tema del territorio afecta a todos los pueblos indígenas de la Amazonía, por eso es que los 34 pueblos indígenas estamos marchando acá, más las naciones y pueblos originarios del CONAMAQ (Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu), todos están apoyando al TIPNIS. Y al mismo tiempo están haciendo que el gobierno empiece a respetar nuestros derechos. Eso estamos exigiendo, el respeto a nuestra casa, a la naturaleza, a los bosques, al medio ambiente. Mal podemos llegar aquí y meternos en su casa sin consultarle ¿no ve? y eso es lo que hizo el gobierno: se metió con el proyecto sin consultar y recién ahora, que ya están trabajando, dicen que ahora nos quiere consultar. Cuando ya nos ha afectado, nos ha herido, en otras palabras, ahora nos dice “haré consulta”. No podemos entender a este gobierno. Estamos todos unidos marchando por el tema del TIPNIS, pero también por el tema del territorio. Nuestros territorios van a ser destruidos en el momento en que atraviesen el TIPNIS. Y es lamentable porque compañera, señora, este tema del camino dicen que está pensado desde 1826. Y nadie se ha animado a destruir ese territorio. En 1965, se crea un decreto ley para declararlo parque nacional, justamente para protegerlo de la colonización, para que no se construyan caminos y para proteger las cuencas hidrológicas, que son los ríos, las lagunas, la biodiversidad, los animales que existen en gran cantidad en toda la masa boscosa. Pero no nos tomó en cuenta el gobierno. Entonces eso mire señora, nosotros queremos explicar todos los otros puntos. Por eso estamos marchando, porque vemos que este gobierno, que dice ser indígena, está vulnerando nuestros derechos. Por ejemplo, si le pasaran el pavimentado por su casa y le destruyeran toda esta parte de aquí de sus plantas, usted no va a aceptar que se lo destruyan ¿no ve? Nosotros estamos haciendo también. Queremos que la carretera Yucumo-Rurrenabaque cumpla las leyes, porque en Bolivia tenemos leyes. Pero hay una visión de la gente de la ABC (Administradora Boliviana de Carreteras) que nos dicen “no nos exijan a nosotros cumplir las leyes, si somos el Estado también”. Entonces yo podría hacer esto: vengo y me entro a su casa, toditos nosotros nos echamos a dormir ahí adentro y no le decimos nada. Y si usted dice “¿qué está haciendo señor?”, yo le respondo “es que yo también soy boliviano”. Le doy ese ejemplo, es lo que más o menos hace el gobierno. Se cree que porque es el gobierno no hay que exigirle el cumplimiento de las leyes. Si viene una transnacional se le exige que cumpla todo. Pero ¿cómo le puedo decir que cumpla a la transnacional, a un país extranjero, cuando yo en mi casa no estoy cumpliendo. Eso compañera queríamos explicarle, porque ese es nuestro espíritu y esa es nuestra marcha. No estamos en contra de ningún de otro grupo social. No podemos nosotros decir “quitémosle su tierra a estos”, los hermanos de la carretera (como les hicieron creer). No podemos hacerlo porque también son pobres, al igual que nosotros. Eso es señora, eso en mi modesto entender, en mi humildad le explico de esta manera para que usted pueda saber y enterarse de boca de nosotros, no de los medios de comunicación, no de la radio, no de parte del gobierno, sino de nosotros que venimos marchando día tras día sacrificándonos, ampollándonos los pies, enfermándonos, tenemos tres muertos ahorita, y al gobierno no le interesa. Eso es señora, le agradecemos bastante que usted nos reciba, que usted nos dé esta arboleda para que puedan descansar nuestras hermanas y hermanos.
-Pueden pasar esta noche aquí. Hay toronjita, pueden agarrarse- la señora de la casa apuntó a los árboles de cítricos, más allá.
La comisión de avanzada de la marcha había salido de La Embocada con dirección a Yucumo. Unos 15 kilómetros adelante del campamento está la comunidad Limoncito, donde alrededor de 100 policías con cascos, escudos y gases esperan a la Octava Marcha Indígena para frenarla. Cuando llegaron a este punto, los indígenas pusieron retro y dejaron la polvareda a los policías que salieron de su campamento para hablarles. Al instante de que esta comisión llegara a la casa donde van a recibirlos, una movilidad policial que había seguido a los marchistas se detuvo en la entrada. Algunos oficiales esperaron a la salida de la comisión y los abordó el jefe de los uniformados, quien hizo algo como un chiste para romper la glaciación.
-Pensé que me iban a invitar a almorzar.
-Al campamento pues. Estamos esperando allá con almuerzo, pensamos que irían –dijo una mujer indígena de ironía afilada, porque se refería a los rumores lanzados desde el gobierno nacional sobre una posible invasión policial al campamento en La Embocada, todo para intentar dar miedo a los mil marchistas que van con sus familias.
-¿Me pueden regalar unos minutitos?- dijo el comandante con amabilidad y seriedad. Como la comisión aceptó, el jefe de los verde olivo invitó a sentarse adentro, en la casa de la señora.
-Aquí hablaremos. Los indígenas no buscamos comodidad.
El coronel Alberto Aracena, a cargo del operativo policial, comenzó su discurso.
-El que les habla es un hombre de Sucre. Me han encomendado una misión, yo soy el comandante del operativo ¿Ustedes son los dirigentes?
-Así es.
-Y son los pueblos indígenas. Nosotros, mi persona específicamente, ha recibido una orden estricta: la de cuidar a la ciudadana, a la humanidad, la de precautelar lo que debe ser la vida, sobre todo la de todos los pueblos indígenas que están en esta demanda social. En ese contexto, pues yo de manera estricta debo cuidar a ustedes. Ustedes ya deben tener información procesada, información que conocen: lamentablemente, hay ciertas reacciones de otros grupos sociales, que a mi parecer no están de acuerdo con que ustedes sigan su marcha. En este pueblo próximo, que se llama Yucumo ¿no? Entonces eso es lo que yo he podido percibir. Por lo cual hay que analizarlo bien. Ustedes son las autoridades indígenas, no tienen que poner en riesgo la vida de quienes vienen con ustedes. En este contexto, pues, tengo esa instrucción precisa. Yo voy a hacer todos los esfuerzos para velar por cualquier daño contra los pueblos indígenas, más aún si se trata de la vida de cada uno de los componentes que vienen en la marcha. Por lo cual, yo les pido que debemos analizar de manera abierta y de manera muy clara para evitar los riesgos. Esto les digo de corazón y las cosas como son ¿no?
Continuó el coronel: “Yo estoy controlando la carretera allá para evitar ese contacto. Si se permite llegar a ese contacto, puede tener sus consecuencias. O sea yo estoy para eso, para evitar ese choque, si vale el término, porque yo tengo que precautelar la seguridad de cada uno de los componentes de los pueblos indígenas que están viniendo en la marcha. Más aún, la vida y la vida de los niños, que he visto a mucho niños, mujeres, es el propósito por el que estoy acá”.
Tomó la palabra el mojeño Vargas:
-Comandante: con mucho respeto, nosotros tenemos la información de que la Policía está acá para reprimir a los marchistas, para meterlos en carros y llevárselos de acá, porque ese es el mandato del Presidente. Así es la información que está adentro de los periódicos. Y creo que la Policía boliviana, de acuerdo a la Constitución, queramos o no queramos obedece estrictamente al Presidente del Estado Plurinacional. En segundo lugar, la Policía boliviana está para dar seguridad a todos los bolivianos y para proteger la vida, como ha dicho. Comandante, nosotros jamás queremos creer que ustedes vengan para meternos a un bote y mandarnos a nuestras casas. Porque nosotros no venimos haciendo vejámenes, ni haciendo escándalo, ni maltratando a alguien. Venimos marchando, venimos de manera pacífica, no tenemos armas, porque ya se dijo que había dos camionadas de armas y estamos los indígenas armados hasta los dientes. Sinceramente, le pedimos al propio gobierno, si lo dijo, que nos requise. Pero que también vaya a requisar a los otros compañeros (en Yucumo). Es lamentable, coronel, que viviendo en un estado democrático y de derecho ustedes tengan que estar acá, pareciera que cuidándonos a nosotros. Cuando en el Abapó (en Santa Cruz) se hizo un bloqueo (liderado por la Asamblea del Pueblo Guaraní) en menos de 24 horas se lo esfumó, se los gasificó y se los sacó a los hermanos (en Pailón sucedió lo mismo con un bloqueo del pueblo Ayoreo). Y aquí, por ejemplo, ha habido un bloqueo, me imagino que lo hay todavía, hace tiempo que no he ido para allá. Pero yo personalmente he ido a verificar, he mirado ahí y había bloqueo, había una zanja cavada. Y el gobierno no dijo nada, absolutamente nada. Eso nos da a entender que todo eso que está armado ahí (el bloqueo), lo ha armado el propio gobierno. Vamos a tratar de traerle impresa una foto tomada al ministro Walter Delgadillo (cuando escribía en su celular en uno de los intentos de diálogo en San Borja). El texto de su mensaje decía, por ejemplo, “hay que publicar esto, para decirle a los colonos que cinco puntos (del pliego de demandas de los indígenas) les afecta a ellos, y así las comunidades interculturales empiecen a levantarse. Él armó todo eso (el bloqueo en Yucumo). Inmediatamente empezaron a ver su mensaje y vinieron los dirigentes y nos dijeron “estos puntos nos están afectando”, justamente los puntos que el ministro Delgadillo indicaba por medio de un chat de Blackberry. Hay fotografías en las que se lee lo que escribe en las reuniones con nosotros. Le vamos a dar una copia, para que usted conozca y vea cómo actúa la gente del gobierno, es lamentable.
El presidente de la Subcentral del TIPNIS habló al policía sobre el carácter de la marcha. “Queremos decirle que nosotros no venimos a confrontar a nadie, ni venimos a enfrentar a nadie. Venimos humildemente y pacíficamente para llegar hasta la ciudad de La Paz y hacer que nuestras demandas sean respetadas. Usted ahorita está sufriendo de una calor tremenda. Verdad, así como nosotros también ¿por qué está pasando eso? Cada día pareciera que el sol se baja más, pero es porque cada día deforestamos en este país gran cantidad de bosques. Y el TIPNIS tiene diseñada una carretera atravesando el parque, donde hay -de acuerdo a los estudios últimos que se han realizado- el único espacio intacto todavía en América latina, ni siquiera en Bolivia: en América latina. De eso debemos sentirnos orgullosos, usted y todos los bolivianos ¿no ve? Entonces hay una diversidad que va a ser destruida, porque atrás de la carretera vienen los cocaleros para sembrar coca ¿De repente ha tenido oportunidad de ir al TIPNIS? Si no ha ido, yo lo invito, vaya y verá cómo hay cantidad de coca cultivada ahí de los cocaleros. Si se construye la carretera, va a haber una gran deforestación y va a destruir a nosotros, que vivimos ahí. Y vivimos tres pueblos indígenas: yuracaré, mojeño trinitario y chimán. Eso es lo que estamos protegiendo, eso es lo que estamos demandando al gobierno: que se nos respete nuestra casa, que se nos respete nuestra vida, que se nos respete nuestra naturaleza, por eso estamos marchando ¿O estamos marchando para quitarle tierra a los hermanos que están ahí bloqueando? No. No podemos marchar en contra de ellos porque igual son hermanos pobres como nosotros. Eso es comandante, para que usted se esté informado de que realmente esa es nuestra demanda. No podemos nosotros meternos a la cabeza que en un gobierno indígena se vulneren los derechos indígenas. Podemos esperarlo si es un gobierno de la derecha. Usted mismo, en su sana conciencia, tal vez tampoco puede entender que un grupo de ahí esté esperando a otro grupo que marcha pacíficamente. Usted recibe órdenes. De repente, cuando uno está bajo el mando de alguien, en el cuartel, quienes hemos ido al cuartel, tenemos que matar a veces a nuestra propia madre porque recibimos la orden de otro hermano. Así es la vida desgraciadamente, y a veces lo hacemos en contra de nuestra voluntad. Y quienes no queremos hacer eso, nos desertamos del cuartel y nos vamos a veces. Si ahí vamos los dos hermanos, nos hacen pelear y sacarnos la mierda entre dos hermanos ahí, para destruirnos entre nosotros, así es la vida militar. Y queremos nosotros ver una Policía de un nuevo Estado, una Policía más protectora de la sociedad, una Policía a la que realmente le interese la vida. Nosotros venimos pacíficamente, vuelvo a reiterar, y si ellos nos van a atacar, pues nos atacarán. Y pareciera que ustedes se van a quedar de brazos cruzados a mirar ‘que se maten estos indios’. Y nosotros no vamos a atacar. Sinceramente, no vamos a atacar. Y si eso va a pasar, el único -y usted lo sabe perfectamente bien-, el único que va quedar mal es el Presidente. Me imagino que usted ya les dio ese mensaje a los otros y si ellos no han escuchado, bueno, qué vamos a hacer. Eso nomás comandante.
Coronel Aracena: - Permítanme aclararles, con todo respeto, que la Policía boliviana tiene una misión constitucional: uno de los mandatos fundamentales es preservar la vida. Proteger al pueblo boliviano. Ustedes, como autoridades de los diferentes pueblos indígenas, tienen que –primero- preservar la vida, no poner en riesgo a nadie a costo de la vida. Ustedes tampoco pueden conducir así a los pueblos indígenas. En este momento, hay un rechazo del pueblo próximo. Yo simplemente estoy acá, primero, para hacerles conocer y, segundo, para preservar la vida. Estoy cumpliendo un mandato constitucional y - desde mi punto de vista- no voy a permitir que se dé esa fricción entre ustedes y el pueblo que los espera. Ustedes tienen que agotar todas las instancias para solucionar sus demandas, porque yo no estoy viniendo a eso. Yo estoy viniendo a dar cumplimiento al mandato constitucional de preservar la vida de los pueblos indígenas que están en esta marcha. Todos los esfuerzos voy a hacer para evitarlo, porque nosotros no estamos aquí para reprimirles, que quede claro. No estamos para reprimirles, sino para cuidar a los pueblos indígenas de cualquier situación.
-En ese entendido, eso significa que ustedes nos van a hacer un cordón para que podamos pasar nosotros por Yucumo. Eso estoy entendiendo, nada más- dijo Vargas.
Habló al policía la moré Melva Hurtado Áñez, presidenta de la Central de Mujeres Indígenas de Beni (CMIB): -Usted está diciendo que va a proteger la vida de los pueblos indígenas, ojalá se haga así, porque la información que tenemos nosotros es otra, ya lo decía el hermano. Y sabemos también que el pueblo de Yucumo no está contra nosotros. Sabemos que la gente del bloqueo viene de otro lado. Viene de La Paz, de Cochabamba, ya lo sabemos esa información. No es el pueblo de Yucumo, porque ahí también están apoyando a la marcha. Comandante, nosotros en la marcha tenemos muchas mujeres y nadie nos ha obligado a venir. Estamos aquí por defender nuestros derechos, nuestro territorio. Por esa causa estamos aquí. Y no vamos a desmayar, no vamos a dar un paso atrás, porque lo que nosotros pedimos es el respeto a nuestro territorio. El presidente Evo no nos quiere escuchar, pues entonces hemos decidido marchar y llegar a la ciudad de La Paz. A ver si allá nos escucha y respeta nuestros derechos, nuestros territorios, comandante, entonces yo pienso que ustedes tienen que proteger la vida de cada uno de los ciudadanos de este país. Que no vaya a ser como la información que tenemos, que más bien se están entrenando para afrontarnos a nosotros los marchistas. Pienso que eso no se debe dar. Pienso que así como ustedes dicen que están cumpliendo un mandato constitucional, pues que se cumpla conforme dice la Constitución Política del Estado (CPE), porque también nosotros fuimos parte de esa construcción de la CPE, por eso están plasmados nuestros derechos ahí, porque hemos trabajado bastante y hemos sido parte en la elaboración de esa Constitución.
Uno de los policías que acompañaba al comandante se acercó jovialmente a uno de los guardias de la marcha. El uniformado contempló con curiosidad el arco y flecha, que el indígena le pasó para que mirara y tocara a su gusto.
Dijo Walberto Baraona, mallku de Medio Ambiente del CONAMAQ: -Por todo lo que usted dice, estamos entendiendo que la Policía va a hacer un cordón para que atravesemos el bloqueo, entones no va a haber ningún enfrentamiento. Pero las imágenes que hemos visto todavía no estamos creyendo. La Policía se va a poner delante de nosotros con sus escudos, diciendo que ‘aquí se van a enfrentar’. Eso no es proteger, eso es solamente detener a la marcha. Entonces, en ese sentido, nosotros también vamos a cuidarnos. Seguramente nos van a gritar, pero nosotros no les vamos a gritar. Entonces si el cordón de Policía nos va a defender con sus… ¿cómo se llama eso para proteger de las piedras?
-Escudos- dijo el coronel Aracena.
-Entonces, no va a haber ningún enfrentamiento, ellos se calmarán, nosotros tranquilitos vamos a pasar, aunque yo sé que nos van a gritar de todo, y eso no nos afecta. Lo que no queremos es enfrentarnos a golpes, ese es el tema. Tú dices todavía que de esa manera va a ser la actitud, seguramente lo vamos a reconocer. Pero si no va a haber esa actitud, entonces nosotros también vamos a pensar qué medidas podemos tomar. Yo he visto en varios enfrentamientos que la Policía arma cordones de seguridad para que no haiga enfrentamientos y esa es la manera de protegernos a ambos. Pero si la Policía se pone delante de nosotros para que no avance la marcha, es otra cosa- dijo Baraona.
Coronel Aracena: -Aquí hay dos cosas aclaras: mientras existan dos grupos sociales que pretendan chocar, es de alto riesgo. Esa situación se tiene que evaluar y quienes deben evaluar son ustedes. Porque ustedes son la cabeza de cada pueblo indígena. Yo soy una autoridad encargada de las operaciones para proteger la vida y la salud de las personas de todo el país. En este caso, de los pueblos indígenas que están marchando, hay un pueblo de Yucumo que –entiendo- está en oposición a esta marcha. Eso hay que evaluar, porque no podemos llevar a la gente para arriesgarla. Yo tampoco puedo abrirles un callejón para que sigan. Así de claro tenemos que hablar, porque yo sí les voy a hacer una barrera. Porque no podemos permitir que se enfrenten. Entonces ustedes tienen que agotar los mecanismos.
En este momento, las y los indígenas de la comisión de avanzada mezclaron en voz alta sus objeciones. Porque, a fin de cuentas, los uniformados ofrecían lo mismo que los campesinos bloqueadores: obligarlos a negociar con el gobierno antes de pasar. De lo contrario, ya están ejercitados para dirigir su violencia hacia las y los integrantes de la octava marcha.
-Yo creo que ya no tenemos nada más que hablar, ya podemos irnos. El comandante ya soltó la sopa, dijo “no vamos a dejar que ustedes continúen”. Ya lo soltó, está confirmado lo que dicen los medios de comunicación. Lamentablemente esa es la actitud del gobierno- dijo Vargas. Y se volvió a dirigir a Aracena: “Con mucho respeto le digo que no debe haber privilegios para un sector y para otro no. Eso es lo que estamos entendiendo”.
Ambos grupos se intercambiaron varios “gracias” por protocolo y salieron al camino, cada uno a su lado. Los marchistas hacia La Embocada. Los policías hacia Yucumo.
-Creo que vamos a reunirnos otra vez- se despidió momentáneamente el jefe del operativo para frenar la marcha.
El coronel no quiso responder a la prensa, porque consideró que todo ya se había dicho en la reunión improvisada presenciada por los medios. Pero contestó a una.
-¿Hasta dónde podría pasar la marcha, comandante?
-Probablemente puedan llegar hasta este lugar, pero no van a pasar más allá y no van a llegar al pueblo de Yucumo. Y no van a llegar, porque hay que proteger la vida, porque es el mandato constitucional. Muchas gracias.
La Octava Marcha Indígena prevé reiniciar mañana la caminata hacia La Paz, distante a 320 kilómetros.
(Por Comisión de Comunicación)