viernes, 14 de octubre de 2011

Argumentos para respaldar la conservación del TIPNIS (documento corto para neófitos en el lenguaje técnico ambiental)

Argumentos para respaldar la conservación del TIPNIS (documento corto para neófitos en el lenguaje técnico ambiental)

by Mauricio Azero Alcocer

October 14, 2011



Paso a compartir alguna información que considero importante sobre el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure, TIPNIS. El objetivo es enriquecer el juicio de los lectores interesados en conocer algunos elementos básicos de la dimensión ambiental de este extraordinario patrimonio natural. La información presentada está basada estrictamente en documentos técnico científicos, que han sido presentados y discutidos en los foros técnicos, pero que tristemente no han trascendido a la sociedad de manera suficiente. Trato de explicarlos aquí de una forma muy breve y simple.

El TIPNIS presenta tres zonas ecológicas claramente diferenciables. (1) La serranía hacia el sudoeste, caracterizada por una alta pluviosidad, que ha permitido el desarrollo de una selva frondosa y una muy elevada diversidad biológica, tanto en lo referente a flora como a fauna. Una porción importante de esta serranía ha recibido una presencia humana sumamente escasa, permitiendo una conservación muy significativa, como apenas se puede encontrar en la actualidad en ecosistemas equivalentes de nuestro continente. Aunque una proporción importante del agua de lluvia es utilizada por las plantas del lugar, otro tanto migra hacia la parte baja de la serranía. Al ser una zona tan lluviosa, los suelos han sido lavados de sus nutrientes a lo largo de los siglos, razón por la cual, de manera paradógica, resulta en suelos muy pobres. Esto imposibilita el uso productivo intensivo de estos ecosistemas, es decir, cualquier intento de hacer agricultura, forestación intensiva o uso pastoril estará destinada no solamente al fracaso sino a una degradación muy acelerada del mismo. Su papel exportador de agua hacia los humedales, lagunas y ríos de las partes bajas es esencial para el mantenimiento de estos últimos y el mantenimiento del clima regional. (2) El piedemonte, en la parte central. Es la zona de transición entre la serranía y la parte baja, consta de pendientes suaves que descienden hacia el nordeste, en dirección al Beni. Es también una zona de selva. Cumple la función esencial de captar el agua que proviene de las serranías para transferirla lentamente a las partes bajas. Los suelos aquí son un poco más fértiles que los de la serranía, aunque de todas formas son suelos pobres y sin un potencial de aprovechamiento intensivo. Es la zona de piedemonte menos poblada de todo el continente, razón por la cual tiene un especial estado de conservación y un valor biológico elevado. También su valor sociocultural es importante: prácticamente en el medio del piedemonte y del TIPNIS se halla la denominada “zona núcleo”, donde desenvuelven sus actividades de sobrevivencia un número de grupos étnicos. Es la zona que atraviesa el controvertido Tramo II de la carretera Villa Tunari – San Ignacio de Moxos. Por su importancia en la infiltración de agua, una impermeabilización de estos suelos debida a la deforestación, agriculturización o urbanización, tendría consecuencias negativas nefastas tanto para la parte baja como para la serranía, pudiendo influir inclusive en el clima regional. Por otro lado, presenta un nivel de agua subterránea muy próxima a la superficie (entre 1 y 5 metros) que hace que estas aguas sean altamente vulnerables a la contaminación derivada de la incidencia humana. Debido a esto último, las eventuales poblaciones humanas que pudieran establecerse allí tendrían acceso a aguas de pozo no aptas para el consumo. (3) La llanura del sur del Beni, ubicada al noreste del TIPNIS. Está constituida por bajíos inundables, pantanos, lagunas, ríos y bosques de galería bordeando los ríos. También posee una zona inundable muy bien conservada, extraordinariamente rica en especies de flora y fauna. Al ser la zona de recepción de agua proveniente de las partes altas, es rica en ecosistemas acuáticos. Depende estrechamente del ciclo hidrológico natural, por lo que cualquier perturbación del mismo la afectaría de manera severa. Asimismo, la humedad que genera por los procesos de evaporación y transpiración recargan la atmósfera y permiten las precipitaciones en la serranía, cerrando un ciclo hidrológico delicado.

La ejecución del proyecto carretero por el actual Tramo II, con todo el proceso de colonización que inevitablemente seguirá, implicará la pérdida de riqueza genética, la pérdida de ecosistemas naturalmente valiosos, la pérdida de funciones ambientales vinculadas con el ciclo del agua y la contaminación acelerada de aguas subterráneas, entre muchas otras. Lamentablemente esto ocurrirá sin importar el número de leyes que el poder ejecutivo o legislativo promulguen para la protección del Área Natural, dada la extrema debilidad y limitaciones del estado para hacer cumplir las leyes. Estas pérdidas implicarán una merma en oportunidades para las generaciones futuras por la pérdida de valiosos recursos genéticos, una mayor vulnerabilidad ante el cambio climático y una menor calidad ambiental en toda la región. En un mundo que aumenta su población en 78.000.000 habitantes por año, por el contrario, la conservación del TIPNIS así como de otras áreas protegidas, implica riqueza para los bolivianos. No cometamos la torpeza de los que nos precedieron, existen alternativas para construir la carretera, tomemos una decisión inteligente y basada en una visión de futuro.

Mauricio Azero

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